Fecha de Publicación: 23/06/2014
En los pueblos de Gorbeialdea, aunque ya no con la fuerza de antaño, todavía persiste la actividad ganadera. Por estas tierras, tradicionalmente se ha pastoreado ganado vacuno, equino, caprino y, sobre todo, ovino. Y la tradición hace que, cada año, las extensas majadas del monte más alto de Bizkaia sean testigos de la trashumancia, una tarea vigente desde el Neolítico. Pero no sólo es costumbre. Los cambios climáticos obligan a los pastores a abandonar periódicamente la montaña, el lugar donde se encuentran los mejores pastos para su ganado. Así, con las primeras nevadas que caen en Gorbeia hacia finales de noviembre, los ganaderos y sus rebaños descienden a los pastos bajos del valle —barrutiak—, donde permanecen hasta que el manto níveo desaparece de las zonas elevadas y de nuevo comienza a crecer la hierba en los pastizales.
Es a partir de mediados de mayo cuando las diversas especies de ganado montesino — vacuno, porcino, equino, caprino y ovino— son llevadas de nuevo a los pastos de Gorbeia, donde permanecerán hasta el invierno siguiente. Y esto será lo que realizarán Enrique Etxebarria y su rebaño de ovejas el próximo domingo 29 de junio —este año un mes más tarde de lo acostumbrado—, abandonando el caserío Elexartza y dirigiéndose a la majada de Arraba, en Gorbeia. Desde el pasado invierno, Enrique ha cuidado su rebaño en el valle, cerca de su caserío Elexartza y ha realizado las labores que en invierno y en primavera requieren las ovejas: primero el nacimiento, la cría y venta de los corderos, y después el ordeño y la venta de la leche. Además, este año ha esquilado las ovejas antes de trasladarse al Gorbeia. Estancia en la montaña. Tras el letargo invernal los pastizales de altura ofrecen una rica y nutritiva hierba y es por ello por lo que Enrique Etxebarria conducirá su rebaño a la majada de Arraba, donde elaborará quesos a partir de la leche de gran calidad que producirán sus ovejas de raza “latxa”. Hasta finales del mes de julio la cabaña que posee bajo la peña Lekanda, será el lugar de residencia de Enrique, y el cuidado su rebaño, el ordeño y la elaboración de quesos, las actividades que desarrollará diariamente. Dos veces al día, a la mañana y a la tarde, ordeñará una doscientas ovejas, y otras tantas veces elaborará quesos. Así discurrirá el próximo mes hasta que el 31 de julio, festividad de San Ignacio, le indique el final de su estancia en la montaña y el comienzo de las labores del caserío con vistas al invierno venidero.
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Trashumancia 2014 (.pdf 1,86 MB)